El SoTL es una concepción renovada de lo que significa ser académico y que tiene su origen en el informe Scholarship Reconsidered: Priorities of the Professoriate (1990) publicado por Boyer en 1990 en la Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching. El informe Boyer se basa en una encuesta a más de 5000 profesores universitarios, en un clima en el que muchos de ellos se mostraban insatisfechos de concepciones demasiado estrechas de lo que tradicionalmente se ha considerado como ser académico. En esta encuesta el 70% de estos profesores y profesoras afirmaban estar más interesados en la docencia que en la investigación y creían que había un énfasis excesivo en la investigación y las publicaciones como vía de promoción. Boyer analiza esta situación, somete a crítica esta “profesionalidad” académica predominante y propone un nuevo modelo que reconsidera los roles académicos y los articula de una forma inédita. Integra así cuatro niveles que constituirían el “core” de la profesionalidad académica: investigación, integración, aplicación y enseñanza/aprendizaje.
Lo interesante tal vez es lo que se esconde detrás de la idea de scholarship, que siguiendo a Morales hemos traducido como “profesionalidad” ya que va más allá de de lo que habitualmente se entiende por ser un buen docente (es decir, aquél del que los y las estudiantes tienen una buena opinión). La profesionalidad en la enseñanza y el aprendizaje merecedora de reconocimiento académico supone:
- El proceso sistemático de análisis de la enseñanza y sus efectos en el aprendizaje del alumnado.
- La comunicación de los conocimientos sobre enseñanza y aprendizaje producidos en entornos académicos (congresos y revistas científicas).
- El someter a crítica de los iguales en las comunidades académicas correspondientes el conocimiento producido con objeto de ser validado o relegado.
Se trata, en definitiva, de desarrollar una docencia basada en la investigación en tanto que se somete a los procedimientos de las comunidades científicas: producción de evidencia empírica, sistematización, comunicación y crítica entre iguales. El impacto de la aportación de Boyer es más que evidente. Basta señalar que a día de hoy su informe registra 8874 citas en Google Scholar y que son innumerables los trabajos que se han ido produciendo dentro de este encuadre.
Sin embargo fuera del mundo anglófono el SoTL es un desconocido. La excepción en lengua castellana son los artículos de Pedro Morales (2010) “Investigación e innovación educativa” y de Antonio Bolívar y Katia Caballero (2008) “¿Cómo hacer visible la excelencia en la enseñanza universitaria?” que, como ocurre en otros países, a duras penas llegan a acuñar un término equivalente para expresar este concepto en otras lenguas diferentes al inglés.
La eclosión del SoTL como marco de referencia parte de un acercamiento teórico global. Se redefine la profesionalidad académica que discurre paralela y retroalimenta un fenómeno emergente de reorganización social del trabajo académico que presenta ya algunas tendencias claramente identificables y que marcan posibles futuros. En concreto:
- Un importante incremento de la investigación de la enseñanza y del aprendizaje en Educación Superior en general y en determinados ámbitos científicos como Educación Médica, Educación para la Ingeniería etc.
- Un incremento notable del número de revistas especializadas de impacto: Higher Education, Studies in Higher Education, Teaching in Higher Education, Assessment & Evaluation in Higher Education, Research in Higher Education…. En el caso de las publicaciones en lengua castellana la Revista REDU cubre este espacio y es para muchas personas la referencia. Este nivel es el que permite la comunicación y difusión del conocimiento generado y su discusión y validación.
- Un aumento sensible de asociaciones y redes que organizan congresos y eventos que ponen en comunicación a personas académicas que investigan en enseñanza y aprendizaje de las disciplinas, con total independencia de las comunidades de ciencias de la educación. Se observa asimismo que dentro de las disciplinas se abren apartados específicos sobre enseñanza, aprendizaje y/o innovación educativa.
- Una consideración de los méritos de esta profesionalidad académica en la enseñanza y el aprendizaje en los marcos de acreditación y promoción del profesorado. En efecto, el modelo de Boyer ha sido ya incorporado en Reino Unido con el UK Professional Standards Framework for teaching and supporting learning in Higher Education y en Australia con el Australian University Teaching Criteria and Standards Framework, en donde se evalúa esta dimensión de forma específica.
Algunas de estas tendencias son observables en nuestros entornos más inmediatos y REDU es una muestra de ello. Sin embargo coincidiremos en el diagnóstico: estas tendencias están muy fragmentadas y aisladas, y no gozan de un marco organizador que ayude a orientar rumbos generales, políticas específicas y comportamientos particulares en el mundo académico.
Los objetivos que REDU se plantea con estas jornadas son:
- Analizar de forma compartida el significado de estos nuevos roles académicos emergentes
- Tomar conciencia de cómo esta concepción académica de la docencia se está plasmando a nivel mundial y en particular a nivel europeo
- Conocer las realidades sectoriales de disciplinas que presentan ya un nivel de desarrollo significativo en el tratamiento académico de la docencia.
- Crear condiciones para poner en conexión a las diferentes redes académicas de docencia de las diferentes disciplinas y estimular iniciativas inéditas en este ámbito.